LUCAS CARDENAS GRACIANO: julio 2010

Tú sí que eres un héroe por mantener el tipo y la sonrisa pese al ruido de una panda de energúmenos que, ejerciendo su derecho a celebrar por todo lo alto la victoria de la “Roja”, se pasaron por el forro de la “selección” tu derecho a dormir tranquilo. Tú sí que eres un campeón que te has ganado en estos cuatro meses el cariño de todos los que quieren estar cerca de ti. Tu si que nos has traído la alegría a todos desde el mismo instante en el que te tuvimos ante nosotros con aquellos ojos tan abiertos. Tú si que nos has dado motivos para celebrar, celebramos lo sanito que estás, la suerte que tenemos por tener siempre cerca a una personita tan simpática que ríe sin parar, celebramos lo bueno que eres, lo grande que te estás haciendo, lo deprisa que creces y sobre todo celebramos el poder disfrutar de ti todos los días.

La fiesta que habíamos preparado para celebrar tu cuarto cumple mes se eclipsó por la famosa y dichosa victoria de la “Roja”. Te adjunto el significado de este término por si te asaltan las dudas. “La Roja”: Dícese de una agrupación formada por 23 seres humanos que habiendo sido repudiados durante años por todo un país se han convertido en héroes nacionales de la noche a la mañana por la gran hazaña de meter un baloncito en una portería sucesivamente eliminando a sus rivales futbolísticos. Por si esta gran hazaña fuese poco han recogido otros logros: Conseguir que las terrazas de todos los barrios luciesen su banderita española como si hubiésemos retrocedido a 1936, conseguir que catalanes y vascos se desgañiten la garganta a ritmo de: Yo soy español, español, español, yo soy...Han conseguido que un país entero se paralice frente a la tele tildando de histórica su actuación (que lo es, no digo que no, como también lo ha sido la de la selección de ba

loncesto, la de natación, la de tenis y un largo etcétera de pobres seres humanos que han pasado sin pena ni gloria). Han conseguido que todos los que hace unos meses se quejaban de la crisis, del gobierno, y de todo en general se planten una sonrisa de oreja a oreja olvidándose de todos los dramas horrorosos y terribles que no les dejaban dormir. Ya no hay crisis pequeñín, ahora Zapatero es un ser desconocido para todo el mundo, las hipotecas son pequeños detalles, las nóminas mileuristas apenas tienen importancia y el jefe hijo de puta que meses antes les amargaba la vida es ahora un señor encantador y bondadoso que les ha dado el día libre porque ha ganado la selección española. ¿Pero qué digo? Disculpa mi ignorancia, no, no, no ha ganado la selección, hemos ganado nosotros, somos campeones del mundo, sólo que la prima se la van a llevar otros, el pequeño detalle de los seiscientos mil euros no es para ninguno de nosotros, ni para los que anoche no te dejaron dormir, ni para los que se gastaron el dinero que no tienen ( y en plena crisis) en irse hasta Sudáfrica a corear orgullosos lo españoles que eran, ni para los que engalanaron sus terrazas al mas puro estilo “guerra civil, Viva España!!”. No pequeñín, la prima y todo lo que sigue a la prima no es para ninguno de ellos, la prima es para el que se la ha ganado, para todos esos “héroes” que anoche hicieron llorar a más de uno (sobre todo a ti que a las tres y veinte de la madrugada eras un manojo de nervios con tanto petardo y tanta vuvuzela”.

Y aquí hago otra pausa para hablar de este artefacto del demonio que a punto ha estado de causar grandes estragos en mi sensible sistema nervioso. Vuvuzela: Dícese de un instrumento cuya única finalidad es hacer ruido y joder la vida y la paz a aquellos reticentes al deporte nacional. En fin pequeñito, que ayer tarde en plena celebración de tu cuarto cumple mes, el señor Iniesta (también conocido como Casper, el niño de la posguerra, o ese ser humano que jamás ha conocido los rayos del sol y demanda a voz en grito un abrazo porque arrastra una cara de pena que no es normal) metió un gol, y mientras todo España gritaba por

tan honrosa hazaña, tú pobre mío te encogías en mis brazos berreando y muerto de susto sin saber que tu obligación como español (y a pesar de tus cuatro meses) era estar contento porque tu país se había colgado una medallita más. Y lejos de encontrar la calma, tus nervios siguieron a flor de piel durante toda la noche, porque claro, España es campeona del mundo, tenemos el mejor equipo del mundo, tenemos el mejor portero del mundo, y por eso, porque somos la hostia de grandes, porque somos los mejores, porque somos españoles, tu derecho a dormir tranquilo como un bebé quedó condenado al destierro. No te quiero ni contar por donde les habría metido tu madre la vuvuzela a todos los energúmenos que debajo de la terraza seguían gritando a las tres y media de la madrugada “Yo soy español, español, español”. A ver cuántos siguen cantando dentro de tres días cuando la fiebre de la “Roja” sea una mera anécdota que contar a sus nietos…

Aquí te dejo pequeñito el recuerdo del “Hecho histórico”. Mientras todos siguen emocionados por la victoria de la “Roja” puedes estar seguro que al menos yo seguiré pensando que el once de julio fue especial sólo por el hecho de que tú estabas aquí.