sábado, 10 de septiembre de 2011

La Habana de Lucas

La Habana ya no es mi Habana, hoy es también la Habana de Lucas, ese paraíso único y precioso, ese lugar mágico donde todo es posible,  ese reino en el que mi niño ha repartido dulzura, alegría, sonoras carcajadas en todos esos  rincones  en los que  tantos momentos inolvidables hemos pasado a lo largo de estos años. La Habana ya no es la Habana si Lucas no está cerca, si Lucas no es parte de ella, y lo es, se  contagió de ella en el mismo preciso instante en el que yo empecé a sentirle a él. Se ha contagiado de su magia, de su alegría, de ese algo especial que sólo allí se encuentra. Se ha bebido a pequeños sorbos esa islita linda que tan felices y especiales nos hace sentir año tras año.  Se contagió de sus ruidos, de su música, de sus olores, de ese aroma especial que te hace saber que por fin estás allí, ningún lugar del mundo tiene su olor.

No fue el león tan fiero como lo pitamos, aterrados como estábamos días antes de subirnos al avión, mi niño lindo se portó como un hombrecito, quiero pensar que eran tantas las ganas que tenía por llegar que prefirió guardar sus energías de pequeño guerrero para gastarlas allí.


Qué bien se portó nuestro niño, tan dormido como estaba al llegar al aeropuerto no se dejó vencer por el sueño para echarse a los brazos de su tío Edgar al que enamoró al instante con su primera sonrisa, sólo para él, para suplir el año que ha pasado el blodel sin poder disfrutar de las sonrisas más preciosas del mundo. Edgar dice que no puede olvidar la mirada de ese niño mientras le escuchaba hablar, agarrado a su cuello con esos bracitos que son a veces un bálsamo, yo tampoco voy a poder olvidar esa mirada de mi niño descubriendo ese lugar que tantas y tantas veces le he descrito. Sus primeras horas en la Habana no pudieron ser más intensas, más perfectas. Y caminito al hotel como todos los años, “Mira Lucas- le explicaba para entretenerlo y que no le venciera el sueño- mira las luces, que bonitas son todas esas luces, y allí a lo lejos está el mar. Mira Lucas, el Capitolio, mira, mira bebé, mira los coches, mira mi niño, mira el Malecón. Pero tan cansado estaba mi niño que al final el sueño pudo más que las ansias de mamá de enseñarle la ciudad.

Teníamos once días por delante, tantos planes, tantas conversaciones, tantas y tantas cosas que contarnos, tanto tiempo, y tan deprisa que este ha pasado que cuesta creer que todo se ha acabado, que volvemos a estar aquí, que hemos dejado atrás como si fuera un sueño lo que tanto tiempo llevábamos anhelando. Volvemos a nuestras vidas como todos los años…dejándonos el corazón allí  y mil anécdotas que nos acompañan cuando las lágrimas dejan espacio a una tímida sonrisa a la que le cuesta abrirse camino. Pensamos en Edgar y nos emocionamos al saberlo tan lejos de nosotros, y reímos al mismo tiempo al recordar que es todo un experto en cañones contra su voluntad, y lloramos porque el tiempo se nos ha hecho muy corto, y reímos porque recordamos la croqueta, así es como “ellas expresan que les duele mucho”, y volvemos a llorar, y volvemos a reír deseando con más fuerza aun si cabe que el tiempo pase ahora más deprisa para poder volver a reírnos juntos.
Y pensamos en Vanessa, la princesa de chocolate, la niña que empieza  a dejar de serlo, y reímos recordando aquellos primeros días a su lado, tan pequeña, con su eterno “Cárgame Carmita”, y lloramos porque nos hemos perdido tantos momentos a su lado estando tan lejos de ella. Y reímos, recordando sus ocurrencias, sus juegos, sus canciones, y volvemos a llorar porque la dejamos muy lejos, y volvemos a reír a carcajadas como lo hace Lucas cuando ella está cerca, y lloramos porque Lucas lo hace ahora también y Vanesa no está cerca para consolarle.
Y pensamos en Taidy, en que nadie como ella le canta a Lucas la canción del pollito, y lloramos porque Lucas la busca tratando se enseñarle que ha sido capaz de convertir su mano en un pollito, y reímos, porque aún se lleva las manos a la cabeza cuando escucha esa otra canción, y lloramos, porque él no sonríe igual allí que aquí…




Tan feliz ha sido mi niño allí, con su eterna sonrisa, cómo explicarle que la playa no está, que aquí no hay piedrecitas que buscar como tesoros escondidos, que las puertas de casa no se abren solas por mucho que pase delante de ellas, que Vanesa no va a aparecer por mucho que señale con el dedito la pantalla del ordenador cuando vemos las fotos.  Cómo explicarle a este niño que aquello ya pasó si ni siquiera yo puedo entenderlo aún.



Pero así y todo tengo un dulce sabor de boca, el de haber caminado de su mano por tantos rincones tan nuestros, el de haber contemplado a mi niño deshecho en abrazos con su tío Edgar, el de haber vuelto a ese lugar que tanto ha cambiado nuestras vidas, y un trozo de cada una de ellas se ha quedado allí una vez más, pero volveremos, volveremos como siempre, volveremos para revivir las mil y una historias perdidas que dejamos cada año. Volveremos para congelarnos de frío en nuestro chino. Volveremos para recordar cómo se hace la croqueta.

Volveremos para devorar el pollo cordon blue en la Cabaña. Volveremos a ver el cañonazo de las nueve, sólo porque sabemos que a Edgar le hace feliz... Volveremos a la casa de la música de Galiano, aunque este año me llevo un mal recuerdo (aunque uno bueno también, bendito sea San Nelson).



Volveremos para desmayarnos de amor con Vanesa, la princesa de chocolate más querida de la Habana. Volveremos para comprobar que tan cierto es el amor eterno de Claudia y Flavio….Volveremos para escuchar la dulce voz de Mig cantando su eterno “no es fácil” mientras devoramos su arroz, sus patatas y su pollito. Volveremos con un cargamento de revistas para Tai, un cargamento de cuores, de args para que entienda mi estupor ante tales atentados a la moda.  Volveremos para dar palmas a Juliette mientras ella se esmera en taconear como las flamencas.

Volveremos para comernos esos mofletes de Juanita, la novia cubana de Lucas aunque su madre ponga cara de pocos amigos porque este niño me ha salido muy abusador. Volveremos para darle una y mil serenatas a Juan cada mañana, aun a riesgo de que London nos devore. Volveremos para dar la vida en la casa de la música de Miramar escuchando a Bamboleo, a Adalberto y a todos los que vengan detrás. Volveremos al diablo tun tun, a la Herradura, siempre alertas de esos decálogos de la moda que tan estupefactas y ojipláticas nos dejan. Volveremos a la Bodeguita de en Medio a la espera de que mi hermana reúna al fin los once vasos que le quedan para completar la docena.

Volveremos a la Floridita como cada año, aunque esta vez hemos faltado a la cita del último día. Volveremos a perdernos por las calles del mercadillo en busca de cualquier cosa que lleve la bandera de cuba, a ver si con suerte el próximo año han dedicado un espacio a los móviles…





Volveremos para enseñar a Lucas que no hay mayor paraíso que esa isla que tanto amor nos ha dado, que tantos buenos momentos nos ha regalado, que tan alegre siempre se muestra ante nosotros, donde el tiempo se paró hace tanto tiempo y donde año tras año vamos dejando un pedacito de nosotros mismos. Mi Habana linda. La Habana linda de Lucas

ESTA SONRISA SOLO SE CONSIGUE EN LA HABANA

LUCIENDO TIPAZO EN LAS PLAYAS DE VARADERO

TIO Y SOBRINO APRENDIENDO A NADAR

CON EL TIA EDGAR HACIENDO UN REMAKE DE E.T

EL AYUDANTE DEL HOMBRE DEL ASCENSOR

APURANDO EL JUGUITO DEL TIO EDGAR

SI LUCAS LO DEMANDA....NO HAY COMPLEJOS

CON MIGDALIA EXPLORANDO EL VECINDARIO

ASI SE PASAN LAS TARDES EN CASA DE ED

QUIEN DIJO QUE NO ME IBA A GUSTAR LA ARENA

DESPUES DE HACER LA CROQUETA....AUNQUE NO LE DOLÍA NADA

ESPERANDO EL CAÑONAZO
CON EL YAYO ERNESTO AL FONDO


CASA DE LA MUSICA DE MIRAMAR

DANDOLO TODO A RITMO DE ADALBERTO

SI NOS PERDEMOS YA SABEIS DONDE BUSCARNOS

PLETÓRICO EN LA PLAYA

EL PEQUEÑO BABALAO

EL MAS JOVEN Y MAS MAYOR DE LA DE LA BODEGUITA
DEGUSTANDO LA GASTRONOMIA TIPICA

LA DULCE SHEILA Y EL MACARRA DE LUCAS

DEJANDO LA RUBRICA

TERRAZA AMBOS MUNDO DESPUES DE ABRIRSE LA CABEZA

QUIEN DE LOS DOS ES MAS FELIZ?

DÍA PATRIO CON PAELLA Y TODO

CENA EN EL BARRIO CHINO A 15 º BAJO CERO

TIO Y SOBRINO EN LA PLAZA DE LA REVOLUCION
CHULO O QUE?
 
LLOVIENDO EN EL MALECON

OS LLEVO A ALGUN SITIO NENAS?

A CUAL MAS BONITO

OTRO COPAZO PA MI TITA

POSADO REVOLUCIONARIO

SI, LUCAS ESTUVO ALLI

martes, 16 de agosto de 2011

GALONES DE GUERRA

Mi Lucas empieza a andar solito, sigue siendo un bebé, puede que no deje de serlo nunca para mí, y es por eso precisamente por lo que no puedo más que conmoverme cuando veo a ese niño que apenas levanta un palmo del sueldo dando pequeños pasitos y descubriendo el mundo por si solo. Parece un borrachito, se tambalea, pierde el equilibrio para aterrizar contra el suelo. Y llora, llora tan fuerte y con tanta penita que a mi se me rompe el corazón en mil pedazos cuando lo veo tan asustado con la carita llena de lágrimas. Pero Lucas es un valiente, y es su valentía la que provoca su osadía, apenas sabe andar y ya corre detrás del balón como si le fuera la vida en ello, tan deprisa corre, tan rápido quiere llegar para atizarle con todas sus fuerzas que en una de esas el pobre Lucas aterrizó contra el suelo quedándose encajado entre el carrito y la pared. Pobre niño mío, que lágrimas debió echar, yo no estaba allí pero no faltaron los detalles cuando recibí la nueva.
Te dejo aqui mi niño el documento gráfico de tan terrorífico accidente, un huevo de tamaño considerable con un tonalidad bastante fea.

miércoles, 27 de julio de 2011

NO SE PUEDE SER MAS FELIZ

Cuando parece imposible creer que se pueda ser más feliz, sucede algo, un gesto, una sonrisa, un sonido que nos hace pensar que todo se puede superar, incluso una felicidad que creíamos completa. Da miedo pensar en ello, asusta creer que no se puede ser más feliz y que tarde o temprano perderemos la sensación de tenerlo todo. Da miedo creer que esto que ahora vivimos juntos sea sólo un recuerdo que nos provoque amargura dentro de unos años.






 Da mucho miedo tener la certeza de que miraremos atrás y añoraremos estos momentos que vivimos a tu lado, las tardes de piscina, los paseos descubriéndote el mundo, las cenas, las comidas, las risas, las carcajadas, las veladas infinitas en las que todo es perfecto porque basta con girar la cabeza para encontrarte a mi lado, sonriendo unas veces, durmiendo otras, exhibiendo toda clase de gritos y gorgojeos para acaparar las atenciones de todos. Da tanto miedo descubrir en medio de la noche que no puedo ser más feliz y que quizás el destino aún no se haya dado cuenta, que a menudo tengo la sensación de que no tardaré en perderlo. Echo la vista atrás recordando cómo eran nuestras vidas hace apenas un año, tu primer verano, tu primer baño, tu primer viaje, tu primer chapuzón en la playa, y por entonces creía que jamás iba a ser tan feliz, y sin embargo tengo la sensación ahora de que a medida que pasa el tiempo mi felicidad aumenta.

Vas creciendo, ya eres una personita capaz de explicar a tu manera lo que te gusta y lo que no, capaz de hacerme entender cómo te hace sentir esto o aquello, capaz de expresar sin necesitar palabras lo que a otros nos cuesta una vida. Y jamás he estado tan segura de nada como ahora, eres casi tan feliz como lo soy yo. No hay manera de explicar, por mucho que rebusque y rebusque, a los demás como me siento yo sabiendo que tu eres feliz. No necesito más,  no hay nada que pueda hacerme tan feliz como saber que tú lo eres, contemplar tu sonrisa, tus ganas de vivir, tus sonoras carcajadas, tus gestos de asombro en cada uno de esos pequeños grandes descubrimientos...No hay nada que pueda compararse a la sensación de beberse a sorbos la felicidad de quien más amas.

Una tarde de piscina se convierte de pronto en el día perfecto, observando de lejos, sin poder apartar la mirada de ti, cada uno de tus pequeños pasitos. Lucas sonriendo desde el agua tratando de gritar a papá "mira papá, estoy en el agua, y está muy fría, pero ya no lloro. Mira papá, si aprieto este botón aparecen por arte de magia unas burbujas que me hacen cosquillas. Mira papá, tengo una pelota". Y en mis brazos, esas palabras que sólo yo puedo oír susurran muy bajito: "No se puede ser más feliz, ni tú ni Lucas podéis ser más felices".

"Mira mamá- susurras de nuevo mientras buscas mi mirada-, hay un perrito, y ya no me da miedo, le hago cosquillas. Mira mamá, hay una luz muy grande ahí arriba y da calorcito. Mira mamá, mira, mira, mira mamá". Y todo parece tan distinto cuando tu lo miras.
Te haces mayor Lucas, y pese a que a veces añore a ese bebé que se dormía en mis brazos agotado después de mamar, sigo enamorándome de cada uno de los momento que me regalas todos los días. Me despiertas cada mañana con un sonoro "Holaaaaaa" desde tu cuna, y eso me hace feliz.


Me llevas de la mano en esa persecución diaria que haces buscando nuevas víctimas infantiles a las que hacer cosquillas cuando corres por la calle. Y eso me hace feliz. Me señalas con el dedito tu plato demandando más jamón en la cena. Y eso me hace feliz. Golpeas despacito el pañal cuando mamá te pregunta que dónde está el pis de Lucas. Y eso me hace feliz. Sigues buscándome por las noches cuando tienes miedo de dormir solito y ocupas toda mi cama, y me abrazas, y te haces huequito entre los pliegues de mi pijama. Y eso me hace feliz. Bailas y tocas palmas cuando cantamos, sonríes y nos provocas para que te persigamos por la tienda. Y eso me hace feliz. Ríes a carcajadas cuando jugamos al escondite inglés. Y eso me hace feliz. Esto que estamos viviendo me hace tan feliz Lucas que parece imposible serlo más. Cuando parece imposible quererte más, vuelves a inundar mi vida con tu sonrisa infinita y es tal la emoción que me doy cuenta de que esto es justamente lo que significa ser madre.

La tía enamorada hasta la médula de su niño
















Serán los genes pero no se puede ser mas guapos

















Una tarde en el parque de atracciones
 
Haciendo el cabra en las fiestas de Sigüenza




Con quiqui y todo no se puede ser más bonito


 
Los piratas de Vallekas desembarcan en la terraza de la tita

No se puede ser mas feliz




































Alba y Lucas descubriendo que las pompas de jabón no son comestibles






























El dia de las abuelas y la obra de arte de Lucas. Todo un artista este niño.....Igualito que su mamá....

A buen entendedor...