lunes, 27 de junio de 2011

Mamá siempre está orgullosa de ti, lo ha estado siempre, antes incluso de conocerte. Ya lo estaba en aquella primera “foto” que nos mostró el ecógrafo donde estaba claro que tu perfil griego era comparable al del mismísimo David de Miguel Ángel. Lo estaba en tu primer viaje, aun dentro de mí, haciéndome saber que estabas ahí, que estabas feliz, que ningún lugar era mejor que aquel, dentro de tu paraíso en el Paraíso.





Mamá siempre está orgullosa de ti, lo ha estado siempre, con tus primeras palabras en ese peculiar idioma tuyo "luquiano", con tus primeros pasos, el descubrimiento de que el chupete tiene un revés y un derecho. No hubo mayor momento de felicidad que ser testigo de tus primeras palmitas, tus primeras carcajadas. Mamá ha estado orgullosa en cada uno de tus pequeños grandes descubrimientos. Al final de cada mano de Lucas hay cinco dedos que puedes moverlos a tu antojo sin que nadie más pueda controlarlos salvo tú. Lucas tiene dos pies, y con un pequeño esfuerzo, esas dos protuberancias pueden convertirse en un rico festín si se esfuerza un poco. Cuando Lucas se queda muy quieto en la piscina, algo ocurre debajo de toda esa agua que hace que flote. Mamá siempre está orgullosa de ti y celebra por todo lo alto cada una de tus aventuras en este mundo aun tan grande para ti. Mamá siempre está orgullosa de ti, siempre al ras de las lágrimas porque no siempre puede explicar a los demás como tú le haces sentir, tan dichosa, tan agradecida, tan increíblemente feliz, no se puede explicar.


Tu ya eres un campeón, como buen Graciano apuntas maneras de deportista de élite, en esta familia somos muy de deporte, no de practicarlo, eso se entiende, sino de sufrirlo. Aun puedo recordar con pavor, terror y un horror que no es de este mundo como fue mi primera toma de contacto con el mundo deportivo hace apenas un mes, cuando decidí que mis días de sedentarismo debían acabar para entrar en ese otro submundo de la vida sana. Mira Lucas, te voy a explicar una cosa, y te lo voy a explicar muy brevemente, sin entrar en detalles ni nada. El deporte no es bueno, no querido, a lo largo de toda tu vida van a bombardearte con informaciones erróneas e infundadas, te hablarán de la vida sana, de la superación, del espíritu ganador y de no sé cuantas leches más. Bien, escucha a tu madre que las madres somos la única especie que estamos por encima del bien y del mal porque lo sabemos todo y siempre llevamos razón: el deporte mi niño es una mierda. Si, sin medias tintas ni medias palabras, el deporte es una mierda que sólo te aportará un sufrimiento innecesario. Te habla la voz de la experiencia, yo le he sufrido (y lo sufro de lunes a jueves, bueno, algunas veces es de lunes a miércoles, y otra de lunes a martes, pero no entraremos en detalles) y puedo decir alto y claro que el deporte sólo trae problemas.

Hablemos primero de las lesiones, lo de las lesiones Lucas es de traca, no hay deportista que se precie en este país que no esté lesionado, eso es así. El día que no es un esguince es un ligamento roto, o una fisura, o un menisco, o un uñero o vete a saber qué carajo les pasa pero el caso es que día sí y día también están de hospitales. Una lata pequeñín, más para ti querido que no tendrás la suerte (o la desgracia según se mire) de caer en manos del cirujano privado. Vamos que una mala lesión y las cuatro horas en la sala de espera del Hospital no te las quita nadie. Ahí te lo dejo.

Y luego ya entramos en la condena social, si Lucas, porque quieras que no el deporte te condena a un círculo social en el que no creo que estés preparado para entrar. Que se empieza saliendo a caminar un par de días a la semana, después el gimnasio, luego te picas y te pones a dieta, luego cambias la dieta por los botes de 13 toneladas esos que hay en el gimnasio que no se que mierda llevarán pero está claro que hay que hacer deporte para poder cargar con ellos a casa, más si vives como nosotros en un tercero sin ascensor (espero que para cuando leas estas letras ya estemos viviendo en la casa de Puerta de Hierro).

Y de los botes de proteínas, se pasa a las drojas en el cola cao, y de ahí a los tics raros en el cuello (puedo jurar, perjurar y hasta empeñar mi hígado que los tics que yo he visto en el gimnasio no los he visto en ninguna otra  parte).Vamos, que te quedas sin vida social, que llega el fin de de semana, ahora en verano por ejemplo, y te presentas en las piscina con tu bote de seis kilos y medio de proteína porque no quieres engordar. O quedas para cenar y aguantas el choteo del camarero cuando le pidas una ensalada sencilla y una botellita de agua mineral sin gas, no vaya ser que si la pidas con gas  este te engorde.








No Lucas, el deporte está hecho para otro tipo de gente. Los Graciano no somos de deporte, somos de tortillaca y filetes empanados cuando vamos a la piscina (un clásico, más aún si estas delicatessen vienen envasadas en un taper de tu abuela que tiene más de 40 años). Los Graciano somos de comer pan con chocolate (y hasta con bombones como tu madre), somos de hacer barcos en los callos, de luchas a muerte por comerse la última patata frita, somos de barbacoa, los Graciano pensamos todos los domingos que el mundo se va a acabar y por ello hay que vacíar la despensa de las chuches por lo que pueda pasar. Así somos los Graciano mi niño, y el deporte querido, el deporte para los Graciano no deja de ser un lastre, una asignatura pendiente, esa delgada línea que nos separa de los demás, porque seamos francos, si bien el deporte no nos gusta, nosotros al deporte tampoco el gustamos. A las pruebas me remito...




Hay gente con aptitud, y gente con actitud. Pues bien, en cuestiones deportivas nosotros los Graciano somos de actitud. Actuamos, actuamos como deportistas de élite si es necesario, mira tú que tu madre antes de apuntarse al gimnasio se fue a Londres y se compró la ropa más preciosa del mundo para ir a sudarla, pero ojo, ropa de deporte, de la buena, de la de marca y todo (vale, también me he comprado unos pantalones en los chinos que en la primera clase de aerobic acabaron en mis tobillos, pero la actitud del principio fue ejemplar). Te decía, que me voy por los cerros de Úbeda, que nosotros somos de actitud, ahora, que seamos o no aptos es otra cosa.

No lo somos, vamos a ser sinceros, el deporte no es lo nuestro, no lo ha sido nunca y desde luego, viendo las nuevas generaciones Gracianas, está claro que no lo va a ser. Somos deportistas nulos, torpes, cansinos (nosotros somos muy de cansarnos) y flojos, somos muy flojos.








De todas maneras quiero reseñar una de las sabias enseñanzas de una amiga de nuestro Clan, nuestra filosofa de la vida y de la que me declaro fan incondicional, Tacha Romero. De labios de esta Sócrates del nuevo milenio emanó esta sabia frase: “Andar es una derrota moral, porque todo lo que andes para ir, tendrás que desandarlo luego para volver”. Hago en este punto una pausa valorativa para reflexionar. Ya he reflexionado. Definitivamente, deberían echar a patadas a Punset de la tele y ponerla a ella. Pero es tan cierto Lucas, es una cosa tan absurda este afán de competir. Correr por ejemplo, correr hacia dónde, para qué, si nadie te persigue, si no tienes que ir a ninguna parte, si nadie te está esperando. Correr simplemente para ser el primero, ¿y el primero para qué? Si el primero que llega es el primero que se va y al que le dejan en la puerta las bolsas de basura (en casa desde luego es una ley no escrita, a todo el que sale por la puerta se le endosa la bolsa de basura como hay Dios).

El futbol, hablemos de futbol, que aquí no es que sea el deporte nacional, aquí es lo único Nacional que hay, ya puedes odiar a tu vecino a muerte, desearle cada noche las peores almorranas de su vida, pero ojo, que como te lo encuentres en el bar el día del partido (suponiendo que seas del mismo equipo) y ganéis (porque esa es otra, aquí cuando gana el Real Madrid gana todo el mundo) el abrazo os lo dais si o si. Pero analiza bien el futbol, desde mi punto de vista vamos, que tienes a once señores adultos corriendo por el césped detrás de un balón como si les fuera la vida en ello, para luego darle una patada y mandarlo a tomar por culo a la primera de cambio…

Y ojo, ojo que como es el deporte nacional y el futbol es futbol porque el futbol es así, si se te ocurre abrir la boca cuando algunos de estos señores adultos que corren en pantalones por el césped se suben a la Cibeles a ponerle la bufanda a la pobre mujer (que digo yo ¿qué coño de culpa tendrá esta mujer para que le carguen con la bufanda? ¿cuándo tendrán el detalle de ponerle una pasmina por lo menos?) Si abres la boca y te  quejas es que ni eres española, ni sientes los colores ni nada de nada. Pues tu madre Lucas ni es española entonces, ni gana nada cuando gana el Real Madrid y los únicos colores que siente son los de los dedos gordos de sus pies cuando los uñeros hacen acto de presencia, que se ponen los dedos moraditos cual túnica papal.


Quiero decir con esto mi niño, que mamá siempre va a estar orgullosa de ti, seas o no seas un deportista de elite, me dediques el gol de la victoria o la última canción de Bustamante en un karaoke, muerdas la ensaladera después de ganar el open (como Nadal) o hincándole el diente a un bocadillo de calamares. Mamá ya está orgullosa de ti.

Pero aún así, y porque los Graciano siempre hemos tenido mucha actitud para el deporte, el clan al completo (faltó el tío Javi por motivos laborales, ya sabes que nosotros somos muy de ir juntos a todas partes) nos personamos en la piscina dispuestos a jalearte cual fans enloquecidas en la entrega de medallas de fin de curso. Y a riesgo de repetirme más que el ajo hago hincapié una vez más, que los Graciano no somos de deporte, que seguramente no seas el mejor nadador del curso, puede que ni de la escuela, pero ojo, que a artista no te gana nadie, que una vez más se vio quien daba y quien no daba espectáculo. Y una vez más no decepcionaste al público enloquecido (compuesto mayormente por tus abuelas, tu padre y tu tía, que podrían igualar vocalmente al orfeón donostiarra) que te animó en tu cruzada acuática.















Y llegó el gran momento por todos deseado, la entrega de medallas, y allí estabas tú, como buen Graciano, animando al personal, aplaudiendo como si te fuera la vida en ello a tus compañeros de clase, dando ánimos y dedicando palabras de aliento al resto de los intrépidos nadadores, porque los Graciano somos así, los Graciano somos competitivos sí, pero en su justa medida… Y Lucas recibió su medalla, y mamá no podía estar más orgullosa, más feliz y más agradecida por vivir tan cerca de ti ese momento que nunca más volverá a repetirse, y la música llegó de un viejo trasto, y Queen volvió a entonar para nosotros we are the  champions, y mamá te abrazó con tal fuerza que a punto estuvo de quebrarte las espalda, mi campeón, mi deportista de élite, mi gracianito. No sé si será o no esta la primera de muchas medallas, no sé si el tiempo dirá o no si en cuestión de deportes eres la excepción que confirma la regla, no sé si llegará el día en que tu y yo seamos los protagonistas del anuncio de cola cao como Nadal o Pedrosa. Y francamente me importa muy poco, no tengo la esperanza de atormentar a mis visitas mostrándole un catálogo de medallas y trofeos de mi niño. El mejor premio para ti y para todos los que te queremos es seguir viviendo de cerca cada uno de estos momentos que hacen que la vida sea mucho más especial.

miércoles, 15 de junio de 2011

Ha sido Lucas

¡Ha sido Lucas! Ha sido el niño, ha sido él. Vete acostumbrando sobrino a estas tres maravillosas frases porque a partir de ahora vas a empezar a escucharlas con frecuencia. A partir de este instante, y hasta que aprendas a hablar, cada vez que algún adulto (por llamarlo de alguna manera) de tu familia o amigos cause un cataclismo (sea de la categoría que sea) pronunciará una de estas frases y ahí todo el peso de las culpas caerá sobre ti, que como no sabes hablar no puedes explicar los verdaderos hechos. ¡Cuán injusta es la vida de un bebé! sobrino, lo sé.
Y tu te preguntarás por qué a partir de este instante, pues yo te lo diré sobrino, porque tu supertita querida del alma ha abierto la veda, por eso y porque tu madre anda con el dedo acusador diciéndome que hace mucho que no te escribo. En realidad la veda la abrí incluso antes de que nacieras. Corrían las navidades de 2009 cuando tu madre, con un bombo considerable, arrasó con un stand del Corte Inglés (sitio muy visitado por tu supertita) y en ese preciso momento sonó por primera vez una de estas frases en una de sus variaciones “Lucas tate quieto” o algo así creo.
Bueno vayamos a los hechos de esta mañana, tu supertita querida del alma se disponía a ir al Ahorramas (sitio mas visitado aún si cabe que El Corte Inglés por tu abuela) a por agua de plancha, que tú te preguntarás para qué sirve esto, pues yo te lo aclaro, no sirve absolutamente para nada, aunque el envase rece que es la panacea del siglo y que prácticamente la ropa se planche sola. En realidad es un agua corriente y moliente con un ligero olor a colonia del todo al cien, pero ya te irás dando cuenta de que tu supertita es adicta a comprar cosas inútiles. Mira tú por donde voy a aprovechar estas líneas para hacer un llamamiento a todos los científicos del mundo (tal vez alguno este leyendo este blog) , vamos a ver señores, ¿de verdad era necesario dos elementos más en la tabla periódica? (ya es bastante tortura para los chavales aprenderse todos los que había), flerovio y moscovio, que más que dos elemento parece un grupo musical ruso, no por Dios, ¡Cosas útiles coño! Un elemento que lo eches a la lavadora y la ropa salga planchada, yo les sugiero hasta el nombre, Planchovio, eso si es útil hombre, miles de seres humanos les estaríamos agradecidos, sobre todo los que nos pasamos el verano en Madrid a 38 grados, que la sola idea de encender la plancha nos hace sudar sangre.
¡Dios! Que me voy del tema sobrino, ya no se ni por donde iba, ah si, nos dirigíamos al Ahorramas, tú enganchado a mi cuello cual Koala y yo haciendo equilibrios sobre unas plataformas divinas (superincómodas por otro lado pero DIVINAS) que me he comprado, para que no aterrizáramos de morros en el suelo los dos. Pues bien, ya situados en la zona de las fraudulentas aguas de plancha, mientras yo me hacía con una estas botellitas tú has decidido que también necesitábamos fairy (el milagro contra la grasa, ¿milagro? milagro sería que la grasa se fuera sola ¿no? Científicos del mundo, a este tema también le pueden echar un vistazo, fairovio, “el elemento que volatiliza la grasa”). Pues bien, ahí tu supertita rauda y veloz te arranca con una mano el fairy, lo deposita sobre la repisa correspondiente, se coloca la botellita mágica entre las piernas y en un sólo y rápido movimiento coloca sus brazos bajo tus axilas para inmovilizarte cuando ocurre el cataclismo. La instabilidad sobre esos zancos divinos y la insistencia en llevarte el fairy hace que tu supertita tense todos sus músculos presionando con fuerza la botellita que como si fuera una botella de champagne descorchada en plena carrera de formula 1 escupe todo ese agua de plancha sobre tu pobre cabecita y va resbalando por toda tu cara hasta bañarte enterito. La escena, te diré sobrino, que ha sido dantesca, horripilante, espeluznante como diría Piqueras (un señor de los telediarios muy simpático del que tu madre es fan), y tu sobrino ahí plantado superdigno, bañadito en agua de plancha y con cara de ¿qué coño es esto? Y a tu supertita que le entra la risa de la muerte, suelta la botellita contra el suelo, te coge en brazos, deposita la botellita en la balda, coge una nueva, se la mete debajo del sobaco y se dirige hacia la cajera intentando contener la risa.
Y ahí sobrino, en ese preciso instante en que esa cajera me mira con cara reprobatoria y me pregunta ¿qué le ha pasado a el niño? ahí, justamente ahí, no me queda más remedio que decir “ha sido el”, porque a esa cajera no le importa lo más mínimo todas las circunstancias que me han llevado a esta situación, tu insistencia en llevarte el fairy, mis plataformas, a ella no le importa nada de eso, ella sólo me mira con esa cara que está escupiendo, “madre mía, y su madre estará tan tranquila dejando a esta pobre criatura en manos de esta irresponsable”.
Lo siento sobrino, pero tienes que saber que pese a que tu supertita querida del alma te quiera con tanta locura sólo comparable a la de tu madre, es torpe, infinitamente torpe, tan torpe que sería digna de estudio, eso quiere decir que en sus manos eres presa fácil del golpe y el cataclismo, aunque te diré para tu tranquilidad, que tu supertita es capaz de ser arrollada por dos coches, tirarse barranco abajo con una bici sin frenos, empotrarse de frente contra otro coche, caerse en una alcantarilla y demás hecatombes y salir ilesa con algún que otro rasguño y cardenales varios....
Te dejo unas instantáneas momento después del incidente, incluso apestando a colonia del chino y con todo el pelo pegado a la cara (¿qué mierda le echarán a el agua esa?) estás para comerte a besos.
















Mi niño tiene "mamitis", tiene mamitis agudis lo que le impide permanecer a menos de diez centímetros de su mamá. Alarga su manita buscando la mía en cuanto hago el amago de separarme de él. Mamitis agudis. Se enfada cuando otro empuja su carro a la hora de dormir. Mamitis agudis. Reclama mi mano incluso cuando va de paseo sentado en la silla. Mamitis agudis. Se despierta en medio de la noche, llora y me llama a su manera hasta que voy a buscarlo y en brazos lo llevo a mi cama donde se abraza a mi muy fuerte y vuelve a cerrar los ojos tranquilo, sin miedos, sin lágrimas ya. Le devuelvo a su cuna entonces liberándome muy despacio para no despertarle. Mi niño tiene mamitis, se engancha a mi cuello cual koala en la piscina y se niega a que nadie mas, ni siquiera otro niño, se acerque a su mama. Mamitis agudis.
No negaré que esta nueva situación me crispe de vez en cuando, pero en el fondo se que no tardaré en echar de menos esta mamitis que tanto me llena. Tu mamá Lucas lo es ahora todo, es lo único, quien te agarra la mano sólo para que sonrías, quien te abraza fuerte de camino a la cama mientras te susurra al oído "tranquilo mi niño, mamita está aquí", mamá es la única que se crece como un loca cantando nanas sabiendo que no hay nadie en el mundo que cante peor que ella. Mamá siempre está ahí porque tu quieres que esté, porque tu necesitas que esté, pero no dejo de pensar que pasará el día que la mamitis desaparezca, voy a echarla tanto de menos mi niño.
Miro y remiro tantas veces esas fotos de recién nacido preguntándome en que momento exacto creciste, dejaste de ser ese cangrejito coloradote para convertirte en el niño de la eterna sonrisa que contagia su magia y su alegría a cualquiera que desee caer rendido a sus pies.

Se pasa el tiempo tan deprisa mi niño, cada caricia que te regale esta noche, será una menos que podré darte en ese camino que se hará tan cuesta arriba, el de alejarme de ti para ayudarte a crecer, me resistiré a decirte adiós mi niño, y probablemente seré la madre mas pesada y absorbente del mundo, serás tú entonces quien se crispe, cambiaremos los roles, seré yo quien tenga niñitis, pero habrás crecido demasiado para recordar que años atrás llorabas desconsolado cuando mamá soltaba tu manita, o cuando mamá se alejaba de ti apenas unos centímetros.
Ahora duermes a mi lado, convirtiendo tu respiración en la música que inunda la casa, la cama, la habitación, cada centímetro del mundo que construyes para mí con apenas una sonrisa. Me acerco a ti y trato de grabar en mi memoria el olor que desprendes, tan dulce, tan especial, tan mágico. Voy a apagar las luces, a dejar de pensar en todo, a disfrutar de ti, a disfrutar de ese placer que es esconder mi mano para que tú la busques alargando la tuya, no voy a pensar en lo mucho que voy a echar de menos este momento, a pesar de haber empezado ya a echarlo de menos.

lunes, 13 de junio de 2011

MI PRIMER DIA EN EL ZOO


A todos los niños les gusta el zoo, cosa que no entiendo, huele mal, hay bichos y no es nada divertido. A mí por el ejemplo no me gusta el zoo, no me ha gustado nunca, es más, siempre que el colegio organizaba una excursión al zoo yo me ponía enferma, casualidades de la vida. Entre ir al zoo a ver bichos y quedarme en casa con mi abuela viendo el por entonces programa de la Campos no había comparación, supongo que ya por entonces mi vena de petarda del corazón apuntaba maneras. Ni me gusta el zoo ni me gustan los animales, detalle que algunos expertos psicopedagogos creen una atrocidad, “el amor por los animales es una señal de ternura” dicen, “¿Qué persona en su sano juicio puede decir que no le gustan los animales?” Esta es una pregunta retórica muy típica de estos expertos. Pues yo, yo puedo decir que no me gustan los animales, no me gustan, no me gustan porque sueltan pelo, porque huelen mal, porque se cagan si avisar a la que te descuidas y porque no les entiendo cuando hablan. No me gustan y punto, y no por ello soy una psicópata, ni tengo desequilibrios emocionales ni leches en vinagre.

En fin, que pese a mi conflicto con el mundo animal fuimos al zoo, porque cuando se tienen niños hay que llevarlos al zoo, no sé por qué pero es así, es una premisa del mundo de las madres que yo no entiendo, una especie de ley no escrita que obliga a los padres a ir al zoo con su primer retoño y por supuesto hacerse la foto típica en la puerta acatando las órdenes de ese tirano de la cámara de fotos que te grita como si fueras una oveja “¡¡SONREIR CHICOSSSS!!””. Y yo me pregunto, si tanto se disfruta en el zoo, si se supone que debemos estar super felices de estar en un lugar lleno de bichos que huele a cuadra que tira para atrás, ¿para qué recordarnos entonces que sonriamos? ¿No deberíamos estar todo el rato sonriendo por lo feliz que es ese lugar?

El caso es que el comienzo de la jornada animal no empezó con buen pie, y no empezó bien por culpa del aparcamiento, vamos a ver, que estamos de acuerdo en que hay que salvar el planeta, en que hay que cuidar mucho a los árboles y tal y cual pascual, pero vamos a ver, si de lo que se trata es de respetar el medio ambiente, ¿no sería mejor hacer un parking en condiciones en lugar de dejar que los coches vayan campo a través empotrándose contra el primer árbol que se encuentren?? Porque allí no hay Dios que aparque, venga a dar vueltas por la casa de campo, venga a buscar sitio, y coño, con la de campo que hay será que no hay sitio para hacer un aparcamiento en condiciones…. Localizamos a un matrimonio con pinta de abandonar la jornada animal, y allá que vamos detrás esperando que saquen su coche para meter el nuestro, y de pronto, y sin que nadie lo esperara, surge de la nada una rubia que se planta detrás del coche del que abandonaba y dice que el sitio es suyo, que ya habían acordado con el susodicho que la plaza era para ella y que de allí no se mueve. La vena que habita en la frente de tu madre empieza a hincharse, empiezo a notar la tensión, quemazón y unas ganas enormes de liberar ese resorte mio que tengo y que me lleva de vez en cuando a saltar del asiento demandando las cuencas de los ojos del contrario. Intento respirar sosegadamente, y tratando de controlar mis impulsos asesinos, le digo que llevamos esperando un rato destrás del coche, que no puede llegar y colocarse la primera y que no hay acuerdos firmados con el resto de los conductores para apropiarse de las plazas de aparcamiento. Y la tía dale que dale, que la plaza es suya, que la plaza es suya, y tu madre pierde los nervios y alza la voz, y la cabrona de la rubia me salta con que es la primera vez que va  al zoo con su hija y que le haría mucha ilusión a la niña poder entrar, y tu madre que pierde los nervios cada vez más y le salta que al mío también, y si no llega a ser por tu tía que dando muestras de su a veces incomprensible e injusto talente, tu madre se baja del coche, la agarra de los pelos y la arrastra por toda la casa de campo hasta llegar a la jaula de los monos….

Después de varios improperios soltados por la ventanilla del coche, me abstendré de repetir ahora esas palabras porque tal lenguaje no te conviene nada, (aunque en aquel momento estaba totalmente justificado), bajamos del coche por fin aparcado y nos dirigimos a la puerta del centro animal, donde sorprendentemente, ese tirano de la cámara que ordena a todo el mundo sonrisas fingidas, no está. Primer chasco del día, en el fondo me hacía ilusión llevarme a casa la estampa. No pasa nada, estamos en el zoo, y el zoo es genial, en el zoo viven los animalitos, en el zoo se está super feliz, porque el zoo le encanta a los niños. Y aquí me dispongo yo a poner en tela de juicio tamaña afirmación. Eres un bebé, eso está claro, hay cosas que no puedo esperar de un bebé, no pretendía que me dijeras por ejemplo que la jaula de los monos está hecha un asco, que me preguntaras porque parece que los leones se han puesto hasta el culo de orfidal, o que repararas en que el agua donde se bañan los osos en verde…(Yo no dejo de preguntármelo, ¿por qué esa agua es verde?) pero al menos si que esperaba un poco más de iniciativa por tu parte. Que eres un bebé dicen, que no entiendes, que no puedes prestar atención, no, no, y mil veces no, porque cuando te interesa bien que prestas atención. Es ver a Mary Poppins en pantalla y el mundo deja de existir para ti, desaparece todo tu entorno, solo hay ojos para Mary Poppins y oídos para escuchar una y mil veces el supercalifrastilistico espialidoso. Pero en el zoo noooooooo, en el zoo no había ni caras de sorpresa, ni risas, ni el esbozo de una sonrisa ni nada que se asemejara a una afirmación de bienestar.

Recién comidos nos dirigimos a la granja de las cabras, unos seres de cuatro patas, con pequeños cuernitos coronando su cabeza y muy malolientes. Diviso entre la gente que los niños tienen acceso al recinto, y allí toda esa jauría de niños se adentra con las manos llenas de cacahuetes dispuestos a cebar a las pobres cabras (que esa es otra, ¿de dónde carajo se han sacado que a las cabras les gustan los cacahuetes? ¿No era a los monos? Pues tu madre, para que nadie la tache de madre desapegada, carga contigo corral adentro cargada de cacahuetes para que mi retoño se hermane con el mundo cabrero.¡¡¡ Ay esa cabra que se acerca hacia ti con la lengua afuera y tiene el atrevimiento de lamerte la mano!! Voy a resumir tu reacción de una manera muy sencilla para que todo el mundo pueda entenderlo UN ASCO QUE TE CAGAS. Si mi niño lindo, en tu cara no había ni un atisbo de miedo, ni de curiosidad ni nada parecido, sino un asco que echaba para atrás. Ni mirarlas querías a esas pobres cabras que se acercaban a tu manita buscando un cacahuete. Y mamá tan orgullosa de su pequeño “ Ha salido a mi”- presumía.


La misma suerte corrieron los monos, los elefantes, los osos, los tigres y los leones enganchados al orfidal, ni puñetero caso por tu parte que encontrabas mucho más divertido el funcionamiento
de la botella de agua de Alvarito. Observamos en la lejanía otro puesto de fotos, en esta ocasión no hay tiranos de la sonrisa a la vista sino una Jirafa que debía estar la pobre empachada de tanto pan y tanta zanahoria como le daban, una foto, un cachito de pan para el retrato. Y allá que nos fuimos tu tía y yo para el puesto dispuestas a llevarnos a casa el preciado retrato. Bueno, más bien arrastré a tu tía para que fuese ella quien le metiese el pan en la boca al bicho, ni muerta hubiese dejado que semejante lengua me tocase un milímetro.

 Llega el momento foto, lo tenemos todo, tenemos el pan, tenemos la zanahoria, tenemos al niño terrorista cogido en brazos y llega el momento de meterle a la jirafa el pan en la boca al tiempo que sonríes para que quede claro que lo estás pasando bien y que no podrías estar más feliz en ningún lugar del mundo que no fuera ese. Ese bicho enorme saca su lengua igual de enorme, y tu brazo que recula acompañado de un gesto de asco que deprimió hasta a la jirafa. Tu tampoco estabas dispuesto a que semejante lengua te tocara y lanzas el pan a tomar por culo al tiempo que el señor de la cámara agarra otro trozo de pan y se lo endiña a tu tía para que sea ella quien tenga el privilegio de alimentar al ser de pescuezo largo. He aquí el documento gráfico, prueba de que los animales no siempre despiertan el instinto de ternura de los niños, a ti cariño, lo único que te despierta es un asco solo comparable al de tu madre.

Te dejo aquí mi niño las instantaneas de tan inolvidable día



Sacarme de aqui y llevarme al parque de atracciones hombre por Dios!
Descubriendo el mundo animal

Y de este animalico que dices que se llama cerdo sale el jamón serrano?                                                                                                                                                               
Al fondo estaban las focas... ningún interés por parte de mi niño






Alvarito disfrutando del mundo animal









Posado obligado con la jirafa de marras











Quien quiere ver jirafas teniendo papel albal











¿Pero no hay ni fuegos artificiales ni nada?

Comida campestre

sábado, 11 de junio de 2011

REQUIEM POR MI ORDENADOR!!!

¡¡Cuánto tiempo sin aparecer por aquí! Y esta vez no ha sido ni falta de tiempo ni falta de ganas, sino más bien un razón de fuerza mayor, nuestro computador querido ha sufrido graves daños de los que obviamente han quedado secuelas. Aquí paso a relatarte los acontecimientos de los últimos meses, empezando claro está, por la terrible enfermedad que ha asolado a nuestro querido computador.

Corría un día cualquiera, cuando de pronto, y sin que nadie hiciera presagiar el horrible acontecimiento que estaba a punto de suceder, tu mamá, se dispuso a encender su computadora querida para vete a saber que tontuna, mirar el facebook, revisar el correo, o pasar tus últimos retratos, si, querido, esos en los que yo nunca aparezco porque soy la autora de tales “retratauras” y a mí nadie me retrata, aprovecho estas líneas para denunciar tamaña desconsideración hacia mi persona.
Y de pronto llegó el caos, la pantalla del computador se tornó en un color azul marino muy feo sin que hubiera respuesta ninguna por parte del aparatejo. Reaccioné rápidamente recurriendo a los sabios consejos de esos seres mágicos e inquietantes llamados informáticos. "ESCAPE", y ahí que me fui directa a ese botoncito mágico que al parecer lo arregla todo. Y presioné,  presioné una vez y la pantalla seguía mirándome desafiante con ese horroroso color azul marino. Y volví a presionar, esta vez con más fuerza tratando de contener mi ira, y allí que seguía esa maldita pantalla de color azul marino cada vez más fea. Y volví a presionar, esta vez desatando toda mi ira al grito de ¡¡ARRANCA HIJO DE PUTA, ARRANCA QUE TE MATOOOO!!! Pero el ordenador hizo oídos sordos a mis amenazas, que todo hay que decirlo, daban mucho miedito, sobre todo a tu padre que no daba crédito ante mi ataque de locura.

Todo plan A, tiene un plan B, y en vista de que el botoncito milagroso de ESCAPE, no dio sus frutos, recurrí presurosa a mi segunda opción. Tres teclitas mágicas también que al parecer, y siempre según las enseñanzas de esos seres sabios que son los informáticos, convierten la chatarra inservible en un equipo casi comparable a los que se usan en la NASA. CTRL+ALT+SUP. Una vez, y dos, y tres, y frente a mí la pantalla azul marino sin dar señales de vida ajena a mis improperios. No funcionó como era de esperar. Plan C, a situaciónes desesperadas, medidas desesperadas. Apaga por las buenas y vuelve a encender. Esto sólo se hace en situaciones muy drásticas, cuando el pánico se adueña de tu cuerpo y sólo puedes maldecir al creador de tan maligno aparato responsable de tanto sufrimiento en tus carnes. El ordenador emite un extraño ruido, por unos momentos veo la luz en el túnel oscuro, parece que arranca, incluso creo atisbar unas letritas, pero no, no querido Lucas, al final de esa pequeña luz me esperaba una terrorífica presencia, LA PUTA PANTALLA EN AZUL MARINO QUE CON SORNA VOLVÍA A DESAFIARME.

Esto sólo es el principio de varias semanas de angustia mi niño, al otro lado de esa pantalla en azul marino feo, se escondían mis tesoros más valiosos, mis fotos, mis videos, mis montajes, mis carpetas, mi música. De los nervios pasé a la angustia, y de ahí al llanto histérico y desconsolado. Nada podía hacerse ya por mi pequeño computador, las noticias eran desalentadoras:  "Permanece en estable pero su estado es crítico"-decía el experto al otro lado del teléfono, "El pronóstico es grave, nada se puede hacer ya, lo vas a perder todo, no se puede salvar, el disco duro está muy dañado, ha sufrido mucho…" Y la desolación aumentaba día tras día, una desesperación, un come come por dentro, y la gente hablando de crisis, y de paro, y de no sé qué Gadafi para acá, Gadafi para allá (este es un señor muy maligno del que ya hablaremos otro día).

Tal fue el drama, que papá decidió dar un respiro a tanto sufrimiento mío y nos fuimos a Londres para celebrar nuestro aniversario, nos fuimos él y yo, tú te quedaste aquí con tu tía porque no sabes inglés y si no sabes inglés en Inglaterra no eres nadie, eso es así. Y no creas que mi calvario acabó pese a poner rumbo a la tierra de esos hijos de la Gran Bretaña, porque hasta allí también llegaron las terribles noticias… Un drama mi niño lindo, un drama.

Hago un paréntesis en esta historia para narrar una anécdota que te perseguirá el resto de tu vida y que será narrada al detalle en cada uno de los acontecimientos familiares que se celebren de aquí a que cumplas 50 años, para entonces ya nos habremos muerto todo y no te daremos la murga contando batallitas de tu infancia.

Corría el mes de abril, mamá y papá y el trauma de tu madre por la pérdida de sus fotos atesoradas con cariño y devoción en su computador, viajaron a la tierra de los hijos de la Gran Bretaña, gente educada eso sí, pero con un problema grave de estreñimiento que le impide accionar ese músculo de la cara que provoca las sonrisas de cortesía. Muy bonita la ciudad, mejor aún las tiendas, y esa sensación de bienestar que te da saber que cuando vuelvas a tu casa te vas a poner hasta el culo de todo porque ¡¡AY QUE JODERSE LO MAL QUE SE COME EN LONDRES!!!

Me centro, visitando el Museo Británico recibo la llamada de tu supertita querida del alma desesperada por las noches sin dormir con las que les has obsequiado (obviamente echabas de menos a tu mamá que es la mejor mamá del mundo y a la que adoras por encima de todas las cosas porque has ocupado su barriga durante nueve meses, porque se ha visto obligada a comer pescado y fruta durante nueves meses pese a detestarlo, y sobre todo porque has pateados sus costillas y órganos vitales durante semanas para salir al mundo después de 28 horas de parto…).

- El niño ha intentado irse de casa, afirma tu tía-. Yo muerta en ese momento.

- ¿Pero que me estas contando? Contesto incrédula tratando de imaginar que se ha bebido tu tía si sólo son las once de la mañana

- Pues no andará pero se ha bajado el solo de la cama y se iba, agarrado al borde de la cama se ha puesto a andar y si iba.



Y yo no dejo de preguntarme, ¿Dónde ibas? ¿Hacia dónde pretendías poner rumbo? Y lo más importante, ¿De qué huías? ¿Fueron los ronquidos espantosos de tu tío los que alteraron tu sueño durante aquellos dos días? ¿No lo soportaste más y decidiste aventurarte a buscar la paz y la tranquilidad en las largas noches? No se Lucas, pero algún día tendrás que darnos una explicación a tan arriesgada aventura.

Pero prosigo con el drama que por aquellos tenía a tu madre hecha un manojo de nervios. Después de largas semanas en un sinvivir el informático arroja algo de luz a mi machacada esperanza, el disco duro está hecho una mierda, o sea, que hay que hacer trasplante, pero han podido salvar algunos de los órganos vitales, mi querida carpeta de COSAS MIAS se ha salvado. El computador ha salido de esta pero su estado es aun delicado y sufrirá secuelas, pero vivirá. Y entonces llegó la paz a mi machucado sistema nervioso, mis fotos, mis videos, mis cosas, mis pelis caseras, mis ecografías, mi música, mis trabajos de la facultad, mis escritos, ¡¡AHHHHHHHHHHHH QUE SATISFACCIÓN!!

Después de semanas de incertidumbre mi pobre computador volvió a casa demandando cuidados extremos, mimos y sobre todo muchas atenciones, no ha vuelto a ser el mismo, todo hay que decirlo, y de hecho te adjunto estas palabras desde la nueva computadora que hemos adquirido, que si bien, no es tan Graciano como el otro, cumple con creces sus funciones.