Retomando lo anteriormente mencionado es hora de hablar de cosas serias y aleccionarte sobre los grandes misterios de la vida. Hoy vamos a hablar del Cristian de la vida, una especie humana de la que a partir de ahora tendrás que huir como de la peste pequeñín. Pero expliquemos los entresijos y matices de este personaje tan común en nuestros días.
Podemos adivinar que estamos ante un Cristian de la vida por su particular pelaje, he aquí un claro ejemplar, a modo de cenicero el Cristian de la vida no duda en achicharrarse el cabello con la finalidad de atraer ante si a las hembras de su misma especie. Como si de un pavo real se tratase el Cristian de la vida luce orgulloso su pelaje engominado hasta adoptar una textura similar a la fibra de vidrio. Con movimientos espasmódicos y al ritmo de un estridente sonido que él se empeña en llamar música, el Cristian de la vida se contonea en una extraña danza tratando de llamar la atención de la hembra, que cegada por el color del joyerío que el macho luce en su pechera, manos y rostro en general, se acerca sigilosa ante él en busca de su presa. El apareamiento de tan singular especie empieza tras una interesante conversación donde ambos compiten por decir en la menos cantidad de tiempo la mayor cantidad de frases sin sentido:
El macho dice: ¿Qué pasa piba, que pasa, que pasa, que pasa? Tu flipas tu flipas
Esta frase se acompaña de unos espasmos en manos y piernas que señalan a su presa con actitud amenazante
La hembra responde: ¿Qué dices, qué dices, qué dices? Tu si que flipas “tron” tú si que flipas, anda que no flipas tron
A partir de este momento macho y hembra inician juntos un extraño ritual que aderezado con ciertos fármacos (purita mierda recién salida del laboratorio) les lleva al delirio y hacer cosas sin sentido como ponerse delante de la cámara de Callejeros a gritar como posesos, tirarse por un balcón al grito de Jerónimoooo!!! sólo por complacer a sus hembras, mearse encima porque eso mola, o flipar y flipar hasta alcanzar el coma etílico, eso si sus solitarias neuronas resisten y no se quedan en el camino.
Dicho todo esto creo que es necesario aleccionarte desde ya para que un futuro te alejes a miles de kilómetros de este perfil tan abundante por desgracia en nuestros días:
Jamás, y repito y repetiré incansablemente, JAMÁS DE LOS JAMASES te pongas mechas rubias en el pelo. La naturaleza es sabia, y los genes más, y si tus genes han querido que seas moreno da gracias y confórmate con lo que tienes. Las mechas rubias no sólo te darán un aspecto terroríficamente macarra sino que además pueden causar estragos y hacer mucha pupita a esa cabellera que tan pacientemente hemos limpiado de costra láctea. Y créeme, ha sido bastante asquerosillo retirar de tu pelo todas esas costras, por no hablar de la peste que soltaba semejante capa…Si lo que quieres es eliminar las canas (que sin duda aparecerán como buen Graciano que eres) recurre a las especialistas, tu madre y tu supertita querida del alma estaremos encantadas de acompañarte de la mano a comprar un baño de color y aleccionarte para que después de aplicártelo no parezcas un adefesio.
El oro está muy bien para los piratas, pero no para los adolescentes. Dicho esto, no es necesario parecer una joyería ambulante. El oro blanco es tan lúcido como el dorado y mucho más elegante. Cuanto menos lleves encima mas liviano irás. Si lo que quieres es sorprender a una churry y alardear de grandeza llévala a un buen restaurante y cómprale rosas.
Las “Juanis” están muy bien para hacer una película de ellas, pero nada más, ALÉJATE DE ELLAS. Huye como de la peste de toda hembra que lleve la cara llena de ferraya, moños cardados (Amy Winehouse sólo ha habido una y no es una buena referencia para nadie), y que salga a la calle con todo lo que pille por casa puesto: legins amarillos, pasmina verde, falda rosa, horquillas azules, cazadora plateada, bolso dorado, zapatos con plataforma rosa chicle, pulseras naranjas… El festival de los complementos está muy bien en la planta baja de El Coste Inglés, no en la vestimenta de nadie.
Cristiano Ronaldo gana millones de euros al año, basta con que el portugués mueva un poco el culo para que su cuenta corriente aumente desmesuradamente PERO, y hago hincapié en esto, PERO no deja de ser un macarra, un hortera, un quinqui, un ser insulso, y un analfabeto redomado, por no hablar del mal gusto que tiene en cuestión de prácticamente todo (observa eld ealle de la foto, el también lleva mechas rubias). Si quieres una referencia masculina que atraiga a las féminas tanto como Ronaldo yo te aconsejaría a Rafael Medina de todas todas.
La adolescencia es una etapa dura, difícil, yo lo sé. Todo aquel que supere tu edad durante esta etapa te dará como grimilla, vale, lo sabemos. Pero eso no es razón suficiente para que le des la espalda a los dones con los que tan generosamente te ha preciado la madre naturaleza, es decir, hablar como una persona normal. El Cristian de la vida no habla, ladra. El Cristian de la vida no saluda, gruñe. Hablar correctamente ( y sobre todo escribir correctamente) no cuesta dinero. Por la mañana es muy de agradecer que te digan “Buenos días” en lugar de “gñañañurgg días”. Por la tarde es muy de agradecer que te den las buenas tardes, y por la noche es muy de agradecer, y reitero, que te den las buenas noches. Y si a este último saludo de por la noche le añades un beso harás de tu madre una persona muy muy feliz, felicidad que yo sabré agradecer.
El Cristian de la vida luce orgulloso sus granos como heridas de guerra, pues vale, la naturaleza es la naturaleza y es sabia, pero a veces se despista un poco también. La adolescencia hay que disfrutarla no padecerla, y el grano ni es bonito ni es elegante. Además que es un atrayente para Juanis atrevidas que se acercarán a ti en busca de pústulas que reventar Y HASTA AHí PODÍAMOS LLEGAR!!! Tu madre, que soy yo, no se ha pasado 9 meses sin comer jamón, dos semanas preparto como la ballena Wally sin poder moverse, 28 horas de parto, una cesárea y meses y meses sin dormir, para que venga una Juani hortera a machacarte la cara con las uñacas. Acude a mi cuando necesites ayuda y estaré encantada de exterminar todos esos granos con las mejores cremas.
La ropa interior masculina ya no es como era antes. El calzón blanco como braguero ha sido reemplazado por modelos que se adaptan más a nuestros tiempos, con colores, con brillos, con fantasías, con todo lo que tu quieras. Aquí hacemos un inciso para distinguir lo que es sugerir de enseñar. Que tienes un tipazo de infarto (Que lo tendrás, no me cabe la menor duda) y quieres enseñar la goma de los Armani por encima del pantalón pues estupendo. Ahora, que eres un tirillas integral (que nunca llegarás a eso a juzgar por lo que comes) y te plantas un pantalón siete tallas más grande y a la altura de las rodillas para que se vean bien tus calzones del Carrefour… Pues eso pequeñín ya no. Y me da igual que el calzón sea de Armani, de CK o de Prada, me da lo mismo. Los cachetes del culo son asunto tuyo, no de nadie más, así que no los enseñes que a nadie le interesa. Además de esta manera evitarás el infarto de miocardio a tus abuelas.
El Cristian de la vida es un tío valiente, atrevido. Pero el atrevimiento es a veces muy ignorante. Quiero decir, que si alguien 2 veces más alto que tú, más grande y con más cuerpo despierta en ti un instinto asesino, no hagas el ridículo enfrentándote a él. El Cristian de la vida si lo haría, incluso sabiendo que va a perder la dentadura. Pero ya hemos dejado claro que tú NO QUIERES SER UN CRISTIAN DE LA VIDA. Así que mi consejo para salir airoso de esa situación sin que te rompan la cara es que recurras a las sabias enseñanzas del gran Forest Gump, osea… CORRE.