Cuánta sabiduría en las palabras de tu supertita querida del alma pequeñín. A día de hoy, y pese a la charla que mantuvisteis ayer, sigues atrincherado en mi útero sin ganitas si quiera de asomar tu cabecita allá por las partes innobles para ver que es lo que se cuece al otro lado. Mal pequeñín, mal vas por ese camino porque la cabezonería la inventé yo, y cuanto más te empeñes tu en seguir ahí dentro más me empeñaré yo en que salgas. Ahora te parecerá una batalla perdida, nada puedo hacer para sacarte con lo bien agarradito que estés, pero AHHHHHHHHHH AMIGO, llegará el día en que tú yo saldemos cuentas pendientes… Déjame que fantasee por un momento:
- Mamá mamá, que he quedado con unos amigos para salir de fiesta, ¿puedo ir, puedo ir?
- ¿Perdona? ¿Me traicionan mis oídos? ¿has dicho que quieres salir? Pero si a ti no te gusta salir, pero si lo que más te gusta en el mundo es estar pegadito pegadito a mamá… anda, anda, tira para habitación que ahora mismo te llevo el parchís y nos echamos tu y yo unas partiditas, verás que bien lo pasamos…
No quiero con esto coaccionarte a nada pero…esto podría quedar en una mera recreación fantástica si te dignara de una vez por todas a salir de ese espacio que has hecho tuyo pero que te recordaré que es míooooooooooo. A día de hoy continuo dolorida, son cada vez más frecuentes tus patadas a mis costillas, a mis pulmones, es más, creo firmemente que no hay ni una sola parte de mi cuerpo que no haya sido marcada por las huellas dactilares de tus pincelitos. El cuarto de baño se ha convertido en el sitio más visitado con más de 30 visitas al día y el rollo de papel higiénico es casi una prolongación de m i propia mano. Es más, me atrevería a decir incluso, que es tal la cantidad de dinero que llevamos invertido en papel higiénico, que la empresa responsable se está pensando muy seriamente en hacerme socia de la compañía. Qué digo socia, en hacerme Presidente Honorífica por lo menos. A todo esto hemos de sumarle la terrible pérdida de mis tobillos, si, los he perdido, un día me levanté por la mañana y ellos ya no estaban, me habían dejado, habían partido a un lugar mejor sin retención de líquidos. En su lugar habían dejado dos masas de carne con un aspecto muy similar a las columnas de la catedral de la Almudena. No sin temor traté de buscarlos a lo largo y ancho de mis pantorrillas sin éxito… Pero no estaban, no sólo me había convertido en la morada de un okupa sin escrúpulos, sino además en Mª Jose Campanario. Si pequeñín si, este nombre que ahora mismo no te dice nada (y no será porque no lo has oído veces de boca de Belén Esteban) pero la susodicha tiene la peculiaridad de no tener tobillos, si lentejillo si, no tiene. Yo llevo toda la vida pensando que los tobillos están ahí para algo, que tienen una función más allá que la de adornarlos con las pulseritas que los hipies venden y que et dejan luego toda la marcaza azul de lo malas que son, pero en realidad está comprobado que los tobillos no sirven para nada. No sólo Mª José Campanario ha demostrado que están sobrevalorados, sino que yo misma he podido comprobar que en realidad no son necesarios, Yo hace semanas que perdí a los míos y la vida sigue como si nada. ¿Crees que alguien se ha apiado de mi por ello? ¿Se ha dignado a caso el Ministerio de salud a poner remedio a este terrible hecho? ¿Me han ofrecido su ayuda, su consuelo, su apoyo? NOOOOOOOO!!! Ni una sola palabra de aliento he recibido por parte de las autoridades.
Pero no creas que la perdida de mis tobillos ha sido el único mal trago de estas últimas semanas… Ahí no acaba mi calvario. A la horrible pérdida de esa parte de mi anatomía que tan sexy era (siempre he presumido de tener unos tobillos fantásticos y delgadísimos) hemos de sumarle la hinchazón también de mis piececitos y de mis manos. La desaprensiva de tu supertita querida del ala siempre ha sido de la opinión de que mis manos eran de cerdita y que tengo los dedos gordos ENVIDIOSAAAAAA. Lo que ocurre pequeñín es que tu tía tiene unas manos de brujilda, de viejuna, tan blancas, tan flacas, con los dedos flacunos y largos que dan un miedo que ni te cuento. Las mías por el contrario son mas agradables a la vista, más pequeñas, con los dedos más cortos, claro, que con esta retención de líquidos ocasionada en parte por tu negativa de salir aquí fuera, ahora más que unas manos parecen un catálogo de plátanos gordunos….Pies hinchados, manos hinchadas, infinitas visitas al baño a altas horas de la madrugada, problemas para dormir, cavidad abdominal dolorida y machucada, pérdida de tobillos, contracciones, AHHHHHHHHH ¡¡¡Y CARA DE TORTA!!! Se me había olvidado comentar ese pequeño detalle. He de explicarte que cuando una mujer da a luz desarrolla una serie de cualidades y o capacidades, de las que antes no disponía. Por ejemplo, la de termómetro humano. Una simple gesto de una madre es suficiente para saber la temperatura exacta de una persona febril. Basta con que una madre acerque su labio a tu frente ( o en su defecto la mano) para saber si su hijo tiene o no tiene fiebre. Además de esta cualidad innata, las madres desarrollan en el momento del parto la capacidad de saber cuando otras especies de su mismo sexo van a convertirse en madres. Me explico, una madre es capaz de adivinar cuando una mujer embarazada dará a luz, no es necesario mediar palabra alguna, ni un examen ginecológico, ni siquiera saber el tiempo de embarazo. A simple vista de pájaro y examinando únicamente su rostro puede deducir cuando la pobre mujer soltará a su criatura ¿ y cómo es posible? Te preguntarás tú. Pues porque las madres son así de sabias, y hay una ley no escrita y que por lo visto se cumple siempre, que lleva a deducir a las madres que aquella mujer embarazada con la cara, la tocha y los labios hinchados dará a luz en un breve y corto espacio de tiempo. Y tu madre ya ha perdido la cuenta de la cantidad de veces que paseando por la calle, y sin reclamar por otro lado esta información, ha tenido que sonreír ante la insistencia de otras madres:
- Uy, estás ya a puntito de dar a luz, hay que ver como tienes la cara ya, y la nariz, bueno, y la boca más aún, estás hinchada, hinchada.
Claro, tu aún no me conoces, para ti soy únicamente el ser bondadoso que carga contigo dándote toda clase de cuidados de lujo (acuérdate del pescadito y la frutita majo). No puedes si quiera imaginar que alguien tan encantador y dulce como es tu mamá pueda tener la clase de pensamientos que ahora mismo te relataré cuando escucha comentarios como esos… Mejor que no te los cuente no, si, va a ser lo mejor. Sólo te diré que es en estos momentos cuando un único pensamiento anida en la cabeza de tu mamá, una idea que retumba en las paredes de mi hipotálamo y que trate de abrirse paso a través de mi garganta: ¡LO QUE SE ME ESTÁN HINCHANDO SEÑORA SON LOS GÜEBOS, SABRÁ USTED CUANDO VA A SALIR EL NIÑO, SABRÁ USTED!!!
Disculpa mi vocabulario, pero hay veces, y hay personas, que lo demandan a gritos. Lo que intento decirte es que te estás perdiendo tantas cosas por empeñarte en seguir ahí dentro. Ya te ha dicho tu supertitaquerida del alma los kilos y kilos de besos y mimos que te esperan aquí fuera, sus nanas (ahí pequeñín te entiendo, hay pocas cosas que den tanto miedito como tu tía cantando, y mucho menos nanas que es justo lo último que vas a oír antes de quedarte dormido y te puede provocar unas pesadillas que ni nuestro vecino con slip y calentadores). Te espero yo, deseando darte la bienvenida al mundo y enseñártelo todo, y a veces las cosas no serán como esperabas o como quisieras pero tienes la suerte de llegar a una familia donde todo el mundo hará lo imposible porque tu mundo sea especial, aun cuando apenas puedas darte cuenta. Te espera tu papá, como loco por abrazarte y tocarte sin mi barriga de por medio, deseando cantarte muy bajito al oído porque le da vergüenza hacerlo en alto, deseando decirte una y mil veces que te quiere, porque sabe que te encanta, porque cuando lo hace ahora, y a pesar de estar ahí dentro, pareces oírle y te mueves hacia donde él mueve la mano. Te espera tus abuelas y con ellas los mimos infinitos a todas horas, sus deseos de complacer todos tus caprichos. Te espera tu tío Javi que lleva meses subiéndose por las paredes deseando conocerte y comerte a besos (no le tengas nunca en cuenta si algún día se empeña en contarte la historia del Pancorbo, Pancorvo o como se escriba). Te espera tu supertitaquerida del alma, deseando ver las excelentes notas que esperemos sacaras en tu primer examen, deseando llevarte de la mano a todos los sitios que han hecho que seamos como somos y que no podamos ser de otra manera, deseando enseñarte a ser como quieras ser, por muy raro que le parezcas a los demás.
Ya no nos queda nada por preparar, sólo cabe esperar una llegada que llevamos esperando desde hace semanas. Ahora sólo queda darte las buenas noches, desearte dulces sueños y decirte una vez más: Espero verte pronto.
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