¡¡Cuánto tiempo sin aparecer por aquí! Y esta vez no ha sido ni falta de tiempo ni falta de ganas, sino más bien un razón de fuerza mayor, nuestro computador querido ha sufrido graves daños de los que obviamente han quedado secuelas. Aquí paso a relatarte los acontecimientos de los últimos meses, empezando claro está, por la terrible enfermedad que ha asolado a nuestro querido computador.
Corría un día cualquiera, cuando de pronto, y sin que nadie hiciera presagiar el horrible acontecimiento que estaba a punto de suceder, tu mamá, se dispuso a encender su computadora querida para vete a saber que tontuna, mirar el facebook, revisar el correo, o pasar tus últimos retratos, si, querido, esos en los que yo nunca aparezco porque soy la autora de tales “retratauras” y a mí nadie me retrata, aprovecho estas líneas para denunciar tamaña desconsideración hacia mi persona.
Y de pronto llegó el caos, la pantalla del computador se tornó en un color azul marino muy feo sin que hubiera respuesta ninguna por parte del aparatejo. Reaccioné rápidamente recurriendo a los sabios consejos de esos seres mágicos e inquietantes llamados informáticos. "ESCAPE", y ahí que me fui directa a ese botoncito mágico que al parecer lo arregla todo. Y presioné, presioné una vez y la pantalla seguía mirándome desafiante con ese horroroso color azul marino. Y volví a presionar, esta vez con más fuerza tratando de contener mi ira, y allí que seguía esa maldita pantalla de color azul marino cada vez más fea. Y volví a presionar, esta vez desatando toda mi ira al grito de ¡¡ARRANCA HIJO DE PUTA, ARRANCA QUE TE MATOOOO!!! Pero el ordenador hizo oídos sordos a mis amenazas, que todo hay que decirlo, daban mucho miedito, sobre todo a tu padre que no daba crédito ante mi ataque de locura.
Todo plan A, tiene un plan B, y en vista de que el botoncito milagroso de ESCAPE, no dio sus frutos, recurrí presurosa a mi segunda opción. Tres teclitas mágicas también que al parecer, y siempre según las enseñanzas de esos seres sabios que son los informáticos, convierten la chatarra inservible en un equipo casi comparable a los que se usan en la NASA. CTRL+ALT+SUP. Una vez, y dos, y tres, y frente a mí la pantalla azul marino sin dar señales de vida ajena a mis improperios. No funcionó como era de esperar. Plan C, a situaciónes desesperadas, medidas desesperadas. Apaga por las buenas y vuelve a encender. Esto sólo se hace en situaciones muy drásticas, cuando el pánico se adueña de tu cuerpo y sólo puedes maldecir al creador de tan maligno aparato responsable de tanto sufrimiento en tus carnes. El ordenador emite un extraño ruido, por unos momentos veo la luz en el túnel oscuro, parece que arranca, incluso creo atisbar unas letritas, pero no, no querido Lucas, al final de esa pequeña luz me esperaba una terrorífica presencia, LA PUTA PANTALLA EN AZUL MARINO QUE CON SORNA VOLVÍA A DESAFIARME.
Esto sólo es el principio de varias semanas de angustia mi niño, al otro lado de esa pantalla en azul marino feo, se escondían mis tesoros más valiosos, mis fotos, mis videos, mis montajes, mis carpetas, mi música. De los nervios pasé a la angustia, y de ahí al llanto histérico y desconsolado. Nada podía hacerse ya por mi pequeño computador, las noticias eran desalentadoras: "Permanece en estable pero su estado es crítico"-decía el experto al otro lado del teléfono, "El pronóstico es grave, nada se puede hacer ya, lo vas a perder todo, no se puede salvar, el disco duro está muy dañado, ha sufrido mucho…" Y la desolación aumentaba día tras día, una desesperación, un come come por dentro, y la gente hablando de crisis, y de paro, y de no sé qué Gadafi para acá, Gadafi para allá (este es un señor muy maligno del que ya hablaremos otro día).
Tal fue el drama, que papá decidió dar un respiro a tanto sufrimiento mío y nos fuimos a Londres para celebrar nuestro aniversario, nos fuimos él y yo, tú te quedaste aquí con tu tía porque no sabes inglés y si no sabes inglés en Inglaterra no eres nadie, eso es así. Y no creas que mi calvario acabó pese a poner rumbo a la tierra de esos hijos de la Gran Bretaña, porque hasta allí también llegaron las terribles noticias… Un drama mi niño lindo, un drama.
Hago un paréntesis en esta historia para narrar una anécdota que te perseguirá el resto de tu vida y que será narrada al detalle en cada uno de los acontecimientos familiares que se celebren de aquí a que cumplas 50 años, para entonces ya nos habremos muerto todo y no te daremos la murga contando batallitas de tu infancia.
Corría el mes de abril, mamá y papá y el trauma de tu madre por la pérdida de sus fotos atesoradas con cariño y devoción en su computador, viajaron a la tierra de los hijos de la Gran Bretaña, gente educada eso sí, pero con un problema grave de estreñimiento que le impide accionar ese músculo de la cara que provoca las sonrisas de cortesía. Muy bonita la ciudad, mejor aún las tiendas, y esa sensación de bienestar que te da saber que cuando vuelvas a tu casa te vas a poner hasta el culo de todo porque ¡¡AY QUE JODERSE LO MAL QUE SE COME EN LONDRES!!!
Me centro, visitando el Museo Británico recibo la llamada de tu supertita querida del alma desesperada por las noches sin dormir con las que les has obsequiado (obviamente echabas de menos a tu mamá que es la mejor mamá del mundo y a la que adoras por encima de todas las cosas porque has ocupado su barriga durante nueve meses, porque se ha visto obligada a comer pescado y fruta durante nueves meses pese a detestarlo, y sobre todo porque has pateados sus costillas y órganos vitales durante semanas para salir al mundo después de 28 horas de parto…).
- El niño ha intentado irse de casa, afirma tu tía-. Yo muerta en ese momento.
- ¿Pero que me estas contando? Contesto incrédula tratando de imaginar que se ha bebido tu tía si sólo son las once de la mañana
- Pues no andará pero se ha bajado el solo de la cama y se iba, agarrado al borde de la cama se ha puesto a andar y si iba.
Y yo no dejo de preguntarme, ¿Dónde ibas? ¿Hacia dónde pretendías poner rumbo? Y lo más importante, ¿De qué huías? ¿Fueron los ronquidos espantosos de tu tío los que alteraron tu sueño durante aquellos dos días? ¿No lo soportaste más y decidiste aventurarte a buscar la paz y la tranquilidad en las largas noches? No se Lucas, pero algún día tendrás que darnos una explicación a tan arriesgada aventura.
Pero prosigo con el drama que por aquellos tenía a tu madre hecha un manojo de nervios. Después de largas semanas en un sinvivir el informático arroja algo de luz a mi machacada esperanza, el disco duro está hecho una mierda, o sea, que hay que hacer trasplante, pero han podido salvar algunos de los órganos vitales, mi querida carpeta de COSAS MIAS se ha salvado. El computador ha salido de esta pero su estado es aun delicado y sufrirá secuelas, pero vivirá. Y entonces llegó la paz a mi machucado sistema nervioso, mis fotos, mis videos, mis cosas, mis pelis caseras, mis ecografías, mi música, mis trabajos de la facultad, mis escritos, ¡¡AHHHHHHHHHHHH QUE SATISFACCIÓN!!
Después de semanas de incertidumbre mi pobre computador volvió a casa demandando cuidados extremos, mimos y sobre todo muchas atenciones, no ha vuelto a ser el mismo, todo hay que decirlo, y de hecho te adjunto estas palabras desde la nueva computadora que hemos adquirido, que si bien, no es tan Graciano como el otro, cumple con creces sus funciones.
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