Has dejado de ser lentejo, mi lentejo, y después de tantos meses por fin has podido demostrarnos a todos que eres una personita. Todo un personaje que se ríe, que mueve la boca, que no para de hacer gestos, moviendo tus diminutas manos, jugando al escondite con aquellos que sólo pueden quedarse hechizados ante esa imagen tan perfecta que eres tú. Mi niño bonito, tan pequeño, tan sólo ahí dentro, me pregunto unas mil veces al día que pensarás ahí donde estás, si tú también me imaginarás a mí como lo he tenido que hacer yo a lo largo de estos meses. No voy a decirte que eres justo como imaginaba que serías, has resultado ser mejor. Sólo quedan tres meses para poder verte, para hacerte más real de lo que ya eres, para dejar de soñar contigo, y de dar vueltas en la cama preguntándome cómo serás. ¿Escucharás mis carcajadas cuando papá me hace reír? Quizás por eso ya hayas empezado tú también a reír. Ojala pudiera prometerte que no pasará ni un solo día en tu vida en el no me esfuerce en encontrarte un motivo para que sonrías. Me despiertas cada mañana con un regalo, sentirte dentro de mí, notar como te mueves, como te estiras gritándome a tu manera que sigues ahí, dándome los buenos días de la manera más hermosa. Y me emociono al pensar en lo feliz que me haces aun estando donde estás. ¡Cuántos momentos nos quedan aún! Qué pasará la primera vez que nos veamos, la primera vez que pueda rozarte, que pueda escucharte. Vas a hacerme sin tú saberlo un regalo cada día, todas esas primeras veces lo serán y aunque sólo quedan tres meses tengo la misma sensación y la misma ilusión que los niños el día antes de los Reyes, quiero que llegue ya.
Sigo preguntándome cómo es posible que ese “gusanito” que hasta hace poco anidaba dentro de mi se haya convertido en algo tan mágico y perfecto como lo eres tú, y a veces pasa por mi cabeza la palabra milagro, otras, las más, sólo puedo pensar en que es magia, que eres mágico. ¿Lo eres? Parece que puedes escucharme, justo en el preciso instante en que me pregunto si eres o no un milagro respondes a mi pregunta con esa forma tuya tan particular de hacerte notar, un movimiento rápido y certero que hace que mi tripa se estremezca. <>.
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