“Duerme duerme, que luego se te acaba el chollo”. Ese chollo al que tanta gente se refiere querido pequeñín no es otro que el que provocan cada noche tus patadas en mis costillas. Tus envites cerca de mi esternón. Los ardores que el estiramiento de mi útero ha producido obligándome a vivir con la sensación de ser el dragoncito de Mulán (aún no tienes el placer de conocer a semejante personaje pero ya habrá tiempo de ponerte al tanto de toda la colección Disney que tu madre atesora casi bajo llave). Ese reflujo desagradable que circula libremente por mi garganta a altas horas de la madrugada. Estos, y otros tantos (hinchazón en las manos, en las piernas, calambres, pesadez, una vejiga que parece estar a punto de reventar en cualquier momento, la sensación de llevar una bola de bolos en un lugar que por razones obvias no voy a explicar etc…) todas estas bonitas sensaciones forman el chollo que dentro de unas cuantas semanas, cuando decidas hacer acto de presencia, voy a perder. ¡¡Voy a echar todo esto tantísimo de menos!! He de prepararme entonces para lo peor, y no dejo de preguntarme ¿y qué será lo próximo? ¿Vas a clavarme agujas debajo de las uñas? Después de varios días sin pegar ojo y con claros síntomas de cansancio acumulado empiezo a dudar seriamente que lo peor está por llegar ¡¡LLÁMAME INGENUA!! Prefiero pensar que vas a ser un niño modélico que sólo abrirá la boca cuando tenga ganas de comer y que heredarás de tu mami esa pasión por la cama.
En otro orden de cosas y para ponerte un poco al día (no hemos dejado de escribirte por falta de ganas, sino más bien, en mi caso por lo menos, por falta de coordinación, es lo que tiene no pegar ojo por las noches) te diré que oficialmente ya estás preparado para salir de ahí en cualquier momento, por lo que la pregunta no se hará esperar ¿piensas estar ahí dentro mucho tiempo más? Yo lo digo más que nada por informarme, que no es que molestes ni nada de eso (sería mi última intención tener que ponerte de patitas en el paritorio), sino más que nada porque la gente ya tiene ganas de conocerte pequeñín, y además no debes estar muy cómodo ahí dentro a juzgar por el espacio reducido (que debe ser muy reducido y te debe costar moverte, sólo así se entenderían esos golpes). Ya está todo preparado para darte la bienvenida, la habitación preparada (papá te ha construido toda una suite de lujo), tu lista de nacimiento encargada (que no se diga que tu eres menos que los hijos de Jennifer López que también tuvieron una) claro que la de ellos se encargó en Dior y la tuya en Baby Moon.
Ahora que una cosa te digo, tienes un vestidor y una colección de zapatos que ya los querría para si la mismísima Paris Hilton (bueno, seguro que ella no ha visto en toda su vida tanta ropa interior junta).
Tienes una madre tan organizadita que ha ordenado los cajones por edades y complementos, y es muy importante que recuerdes algo ¡¡¡VAMOS A MANTENER EL ORDEN SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE, ¿VERDAD?!!!!
Aquí dejo las fotos de tu habitación, con un pequeño pero valioso consejo que algún día te será la mar de útil: ¡¡¡ LAS CÁRCELES ESTÁN LLENAS DE NIÑOS QUE PENSARON ALGÚN DÍA QUE SERÍA BUENA IDEA PEGAR PEGATINAS EN LOS ARMARIOS DE SU HABITACIÓN Y DIBUJAR EN LAS PAREDES Y DESORDENAR LOS CAJONES QUE TAN AMOROSAMENTE ORDENADORES SUS MADRES UNA VEZ!!!!
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