Muy a pesar pequeñín, estás creciendo. YA TIENES UN MES!! Ya te irás dando cuenta que en esta familia que te ha tocado en gracia somos muy de celebrar, nosotros lo celebramos todo, hasta lo que no tiene lógica ninguna celebrar. Aquí los Pérez lo celebramos todo. Que nos damos un hostión de órdago con el coche: pues año tras año se celebra. Ahhhhhh claro, salimos vivas, ilesas y en el caso de tu supertita querida del alma y tu abuela con unos cuantos cientos de euros mas en el bolsillo por el tema de la indemnización ( a mí pequeñín no me dieron nada de nada, siempre ha habido clases). Que unos malvados vándalos deciden empotrar un coche contra el negocio familiar por la puerta de atrás: pues año tras año celebramos el butrón. AHHHHHHHH!! Podía haber sido peor, tu supertita querida del alma podía haberse quedado incrustada contra el mueble castellano que casi se le cae encima. Y así un largo etcetera de “pequeñas” desgracias de las que hemos conseguido salir airosas. Bueno, no creas que solo celebramos las desgracias (aunque he de decirte que el hecho de que crezcas tan deprisa es casi una desgracia). Los grandes acontecimientos se celebran también por todo lo alto. Y tu primer cumple mes es mucho más que un gran acontecimiento, es EL GRAN ACONTECIMIENTO. Después del ataque de nervios que sufriste ayer en el coche (volvíamos de fiesta y tu querías comer a toda costa, imposible parar en medio de la autopista) has amanecido con la carita hecha un Cristo. A las 12 de la mañana y después de querer morirme cuando he hecho un recuento de las pocas horas que había dormido, he descubierto con pavor que eras una réplica en pequeño de scarface (cara cortada por si no nos hubiese llegado el sueldo para pagarte un colegio bilingüe). Tras el hallazgo había que ponerse guapos para el evento, preparar las viandas a degustar y un sinfín de quehaceres complicados de llevar a cabo con tu llanto de fondo a modo de Traviata (cuando te pones como te pones…). Seamos sinceros, si, seamos francos, dan ganas de meter la cabeza en el bater y tirar de la cadena cuando te pones en plan borde, es más, empiezo a creer que tienes un problema con la comida. Si pequeñín, si, lo tuyo no es hambre, lo tuyo es gula, vicio o una dependencia enfermiza que te pone a la altura de un pequeño terrorista dispuesto a inmolarse si es necesario cuando tu avituallamiento no está disponible. Es más, estoy convencida de que no regurgitas, si, empiezo a tener sospechas de que muestras claros síntomas del llamado síndrome del “agonías”. O lo que es lo mismo, potar para seguir comiendo. El caso es que después del a negociación (“o te callas ahora mismo o te juro por la virgen que a partir de mañana te enchufo un biberón”) hemos conseguido comer sin tu particular Traviata de fondo. La abuela Luisi se ha perdido el acontecimiento, no se lo tengas en cuenta pero tenía un plan al que no podía decir que no, FIN DE SEMANA EN EL NORTE CON COMIDA INCLUIDA. Y ya sabemos todos como se come en el norte, bueno, tu no lo sabes pero ya apuntas maneras y no tardarás en comprobarlo por ti mismo…(ahora empiezo a entender de donde te viene a ti ese ansia a la hora de comer). En fin que el clan de los Perez al completo nos hemos vuelto a reunir a celebrar (muy a mi pesar… snif snif, te me estás haciendo mayor) tu primer cumple mes. Aquí te dejo unos retratos, había que inmortalizar tamaño evento y tu pase de modelos con la ropa nueva que te han comprado los tíos).
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