No sabes mi niño lo difícil que resulta separarse de ti. Me cuesta separarme de ti cada noche al ponerte en tu cunita. Me cuesta alejarme tan solo unas horas, me cuesta no escucharte, no verte, incluso cuando lloras y gritas y me pones los nervios de punta. Después de tantos meses cerca de ti, sintiéndote día y noche dentro de mí, despertando a tu lado todas las mañanas, ha sido tan duro alejarse de ti mi bebé.
Objetivo Cubame mucho Mallorca 2010, hasta las islas Baleares nos desplazamos tu supertita querida del alma, el tito Gus, y tu mamá, dispuestos a darlo todo y a sacarnos esa espinita clavada desde hace años que tanto hirió a nuestro orgullo en el último simposium (esa historia la contaremos otro día). A las 7 de la mañana del día 11 (si, justo el día de tu sexto cumple mes) suena el despertador y con el no sólo me despierto yo, sino todo el rencor acumulado después de varios días sin poder pegar ojo ( si pequeñito si, las vacaciones han supuesto un antes y un después en tus intervalos de sueño y desde que regresamos ni tu, ni nosotros, ni prácticamente todo el vecindario hemos pegado ojo). Continuo. A las 8.30 aproximadamente llegamos a casa de Gus, tu mamá con calambres y todo en el cuerpo del hambre que llevaba. Lamentablemente no había tenido tiempo para desayunar, y eso que la noche de antes habías decidido que las horas de sueño y descanso estaban sobrevaloradas, vamos, que no durmió ni el tato en casa. Una vez llegados al aeropuerto, y para colmo de mi desgracia descubrimos aterrados que la puerta de embarque se encuentra situada a unos 4 kilómetros (no exagero para nada…) de donde nos encontramos. Con apenas unas horas de sueño, muerta de hambre y con un cansancio que no es normal, mamá corre por los pasillos atestados de gente de ese aeropuerto arrastrando una maleta que pese a su pequeño tamaño pueda dar cabida a los altos hornos de Bilbao si me lo propongo. Llegamos por fin a la puerta de embarque, a Dios Gracias el Altísimo se apiada de mi alma y decide darme una tregua, aun no están las puertas abiertas, tenemos tiempo para comer algo. Presurosa y desesperada ojeo el entorno, tiendas de revistas, tiendas de colonias MIERDAAAAAAA ¿DONDE ESTÁ EL BAR? En la lejanía se yergue orgulloso, con paso firme me dirijo hacia él, no titubeo, quiero un Donuts, y lo quiero ya. No me importa entregar mi alma al diablo si con ello consigo lo que mas anhelo en ese momento, ese bocado tierno y dulce… la boca se me llena de agua solo de pensarlo. Y al fin las perlas de azuquitar acarician mi paladar… ¡¡MIERDAAAAAA ESTE DONUTS ES FALSO!! La vida a veces es tan cruda cariñote mío.
La isla Balear nos da una cálida bienvenida, pero pronto las fuerzas del mal se alían nuevamente para causarme mucha pupita, el descerebrado taxista que nos conduce al hotel ha debido creer que Fernando Alonso es un ejemplo a seguir por todos, y como si fuera el amo de la pista conduce a 200 por hora dando bandazos de un lado a otro. ¡MIERDAAAAAA VOY A MORIRRRRRRR!!! Me aferro con fuerza al asiento como si aquello impidiera la colisión contra el salpicadero del coche, busco desesperada el cinturón de seguridad pero es tal mi pánico que no lo encuentro ¡MIERDAAAAAAA VAMOS A MORIR TODOS!!!
Primera clase del día, me aferro al brazo del tito Gus como si me fuera la vida en ello, mamá no habla con extraños, mucho menos bailar. La salsa no es fácil pequeñín, y mucho menos cuando tus brazos, como es mi caso, son cortos. A punto de fracturarme los brazos por varios sitios terminamos la clase con cierta dignidad, no ha sido tan humillante como en el útimo simposium…
Segunda clase del día: Salsa dos chicas y un chico… No comments, en claro solo sacamos que tu supertita querida del alma tiene el culo alto, que los cubanos son muy machos y bailan y agarran a las chicas para bailar como los machos, y que tu madre tiene la flexibilidad de un barra de acero… Lamentable pequeñín, cuanto menos lamentable.
Seguimos con el perreo, no puedo con mis piernas, tengo flato crónico, me falta la respiración, huelo mal, tengo hambre, sueño, estoy cansada y no dejo de pensar a todas horas en mi niño precioso, en que me he perdido su sexto cumple mes, en que me he perdido su salida de nuestra habitación y en que ya duerme solito en su habitación…Te echo tanto de menos mi niño que me parece mentira que sólo haya pasado un día desde que nos vimos por última vez. Tengo tantas ganas de abrazarte…
Vuelta a Madrid, vuelta a mi casa, a mi portal, sin mi ascensor, vuelta a cargar con la maleta tres pisos pero esta vez casi volando, mi niño, mi niño, mi niño, y ahí estabas tu, sentado en tu carrito sonriendo de oreja a oreja y… haciéndote el interesante que hasta que no viste el envase de comida ni me mirabas… Ay mi bebé tan lindo, tan simpático, tan bonito mi niño.
No hay nada, nada, comparable a lo que tú me haces sentir. Nada comparable a lo que después de una noche en la que apenas he cerrado el ojo me haces sentir cuando me recibes en tu cuna con esa sonrisa. Nada comparable a tu manera de arrugar la nariz cuando te ríes. Nada comparable a ese olorcito tuyo que me niego a tapar con colonia por mucho que proteste la abuela Luisi. No hay nada que se pueda comparar a lo que provocas en mí cuando noto tus deditos encima de mi brazo. No hay nada comparable a dormir agarrada a tu mano, a notar tus piececitos sobre mi espalda cuando estás intranquilo y necesitas saber que estoy ahí, justo a tu lado. No hay nada que se pueda comparar a ti pequeñito. Hemos estado dos días separados, demasiado tiempo para los dos después de haber pasado mas de un año sin apenas dejar espacio entre los dos, contando con tu etapa okupa en mi barriga claro. No me imaginaba que iba a echarte tanto de menos, con lo pequeño que eres y el espacio que ocupas dentro de mi cabeza…Supongo que en el fondo no estaba tan preparada como creía para poner tierra de por medio y dejarte atrás, todo un calvario meterse en la cama por la noche sin poder tocarte, o amanecer al día siguiente con un ruido distinto a ese que se ha convertido desde hace seis meses en la música celestial de un despertador en forma de bebé. Tengo tantas cosas que contarte Lucas, tantas y tantas que a veces desearía que crecieras más deprisa de lo que ya lo haces para que pudieras entenderme cuando hablo.
Otras sin embargo me aterroriza que te hagas mayor. Se que para eso sí que no estoy preparada. Es increíble verte crecer y ser testigo de esos primeros descubrimientos tuyos, pero no puedo evitar sentir miedo cuando pienso en que esos primeros pasos que empiezas a dar por el mundo serán los primeros que olvides, y con ellos olvidarás también que fui yo quien estuvo a tu lado. Cambiarás de mano con el tiempo y no necesitarás la mía, y soltarte chiquitito me va a costar tanto…Te dejo las últimas fotos… Apenas dos días separados y cuando regreso a casa ya te has emancipado ocupando por fin tu habitación para dormir solito… tan lindo mi bebé…hazme un favor y crece despacio pequeño, todo lo despacio que puedas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario