miércoles, 15 de junio de 2011

Mi niño tiene "mamitis", tiene mamitis agudis lo que le impide permanecer a menos de diez centímetros de su mamá. Alarga su manita buscando la mía en cuanto hago el amago de separarme de él. Mamitis agudis. Se enfada cuando otro empuja su carro a la hora de dormir. Mamitis agudis. Reclama mi mano incluso cuando va de paseo sentado en la silla. Mamitis agudis. Se despierta en medio de la noche, llora y me llama a su manera hasta que voy a buscarlo y en brazos lo llevo a mi cama donde se abraza a mi muy fuerte y vuelve a cerrar los ojos tranquilo, sin miedos, sin lágrimas ya. Le devuelvo a su cuna entonces liberándome muy despacio para no despertarle. Mi niño tiene mamitis, se engancha a mi cuello cual koala en la piscina y se niega a que nadie mas, ni siquiera otro niño, se acerque a su mama. Mamitis agudis.
No negaré que esta nueva situación me crispe de vez en cuando, pero en el fondo se que no tardaré en echar de menos esta mamitis que tanto me llena. Tu mamá Lucas lo es ahora todo, es lo único, quien te agarra la mano sólo para que sonrías, quien te abraza fuerte de camino a la cama mientras te susurra al oído "tranquilo mi niño, mamita está aquí", mamá es la única que se crece como un loca cantando nanas sabiendo que no hay nadie en el mundo que cante peor que ella. Mamá siempre está ahí porque tu quieres que esté, porque tu necesitas que esté, pero no dejo de pensar que pasará el día que la mamitis desaparezca, voy a echarla tanto de menos mi niño.
Miro y remiro tantas veces esas fotos de recién nacido preguntándome en que momento exacto creciste, dejaste de ser ese cangrejito coloradote para convertirte en el niño de la eterna sonrisa que contagia su magia y su alegría a cualquiera que desee caer rendido a sus pies.

Se pasa el tiempo tan deprisa mi niño, cada caricia que te regale esta noche, será una menos que podré darte en ese camino que se hará tan cuesta arriba, el de alejarme de ti para ayudarte a crecer, me resistiré a decirte adiós mi niño, y probablemente seré la madre mas pesada y absorbente del mundo, serás tú entonces quien se crispe, cambiaremos los roles, seré yo quien tenga niñitis, pero habrás crecido demasiado para recordar que años atrás llorabas desconsolado cuando mamá soltaba tu manita, o cuando mamá se alejaba de ti apenas unos centímetros.
Ahora duermes a mi lado, convirtiendo tu respiración en la música que inunda la casa, la cama, la habitación, cada centímetro del mundo que construyes para mí con apenas una sonrisa. Me acerco a ti y trato de grabar en mi memoria el olor que desprendes, tan dulce, tan especial, tan mágico. Voy a apagar las luces, a dejar de pensar en todo, a disfrutar de ti, a disfrutar de ese placer que es esconder mi mano para que tú la busques alargando la tuya, no voy a pensar en lo mucho que voy a echar de menos este momento, a pesar de haber empezado ya a echarlo de menos.

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